Aún me pregunto qué fue de tu sonrisa. Y de la mía.
Aún me pregunto qué fue de mi lucha. Y de la tuya.
Aún me pregunto si estaba en el lugar adecuado. Y de tu encuentro.
Aún me pregunto si estabas en el momento correcto. Y de si era el mío.
Aún me pregunto si fue acertado. Y de las lágrimas corriendo por nuestras mejillas.
Aún me pregunto si hace falta preguntarse a uno mismo por cosas que no deberían dudarse.
Ya no me pregunto. Vivo. Erro. Corrijo. Sonrío.
Felicidad, qué cara puedes llegar a ser, pero qué bonita eres. Ahora que te tengo no te dejaré escapar.
Pues, a mí me gusta! Lo que te digo, hay veces que no conviene preguntarse! Ánimo y adelante! Escribe!!
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