lunes, 10 de agosto de 2015

Aún me pregunto.

Aún me pregunto qué fue de tu sonrisa. Y de la mía.
Aún me pregunto qué fue de mi lucha. Y de la tuya.

Aún me pregunto si estaba en el lugar adecuado. Y de tu encuentro.
Aún me pregunto si estabas en el momento correcto. Y de si era el mío.

Aún me pregunto si fue acertado. Y de las lágrimas corriendo por nuestras mejillas.
Aún me pregunto si hace falta preguntarse a uno mismo por cosas que no deberían dudarse. 

Ya no me pregunto. Vivo. Erro. Corrijo. Sonrío.
Felicidad, qué cara puedes llegar a ser, pero qué bonita eres. Ahora que te tengo no te dejaré escapar.  

viernes, 13 de febrero de 2015

Tú puedes.

Sin avisar, así, ¡pum!, de repente. De golpe y porrazo tu vida pega un cambio de 360º sin que puedas hacer nada para que todo fuera como antes. 

Empiezas a pensar que tienes la culpa, que nada hubiera pasado si hubieras sido más cuidadosa, más atenta, más precavida... 

Después viene la fase de echar pestes contra todo el mundo. Porque claro, si aquél hubiera sido más listo, se hubiera fijado más...

Nadie está preparado para que su vida de un vuelco de la noche a la mañana, nadie. "¿Y qué hago yo ahora?". Pues ahora tienes que tirar para adelante, sin dejar caer su recuerdo y acordarte de todos los buenos consejos y momentos que pasasteis.

No te voy a negar que a lo mejor hubo fallos, pero recuerda que somos humanos y que esa misma palabra conlleva el apodo "error". Que de ellos se aprende. Que nadie puede dar para atrás al reloj y quedarse para siempre en tu momento preferido, porque quizá tu momento preferido está por llegar.

Y lucha. Lucha por ti. Lucha por los tuyos. Enfréntate al mundo, enfréntate a la vida y mírala de frente. No titubees ante nada ni ante nadie. Haz lo que quieras en cada minuto. Disfruta de los que tienes alrededor y haz que sean felices.

Si creían que tu mundo, tu vida, se acaba aquí, échale narices, huevos, cojones. Échale lo que quieras, pero sigue para adelante. Dar el primer paso siempre es difícil, pero si no lo intentas, nunca lo conseguirás.

Mira hacia arriba, ármate de valor y camina pisando fuerte y segura de ti misma. Tú puedes. 

sábado, 8 de noviembre de 2014

Cosa de dos.

Es algo tan irracional que ni el más cuerdo podría entenderlo.

Como si hubiéramos ganado por habernos conocido, en este mundo lleno de personas que buscan su propio bien ñpor encima -y pisando- al resto, sin importar nada más que ellos mismos y sin percatarse que la vida va mucho más allá.

Que nada tiene sentido si no tienes a alguien a quien contarle alegrías y tristezas, logros y derrotas.

Y tiene sentido, sí. Tiene sentido perder por caer en la rutina del querer, mal querer. No es llegar y besar el santo, es llegar y currarse el camino para aterrizar en la meta y alcanzar la paz,, que no es más que dormir dos en una cama de 90 por el simple hecho de guardar calor. O sentir piel con piel.

Saber, a ciencia cierta y sin un ápice de duda, que nada puede ser más perfecto que uno más uno son dos. O tres. O cuatro.

Quién sabe, quizá lo único que sepamos sea llorar cuando fuera -y esperándonos- hace un día de sol. Mientras, en nuestros corazones, el llanto se convierte en risa por el recuerdo de darnos la mano mientras caminamos por la calle. Es esa sonrisa, esa pequeña y sincera sonrisa la que nos hace grandes.

Y así, mientras pienso en lo que es y no en lo que fue, cojo aire y sigo hacia delante, con mi sonrisa y con las fuerzas renovadas.

Einaudi no deja de sonar...