miércoles, 2 de mayo de 2012

Es lo que tiene.

Es lo que tiene. Un título quizás llamativo, quizás estúpido o incluso sin sentido.

Pero es un título a un tablón con sentido. ¿Sentido por qué? Muy sencillo. Porque siempre se encuentra algo por lo que luchar, algo en lo que creer para sobrevivir a lo que nos ha tocado vivir. Unos creen en dioses, otros en el karma y otros, simplemente, no creen en nada. Quizás estos últimos puedan ser, desde algún punto de vista, a los que peor le va a ir la vida.

Pero no toda creencia se basa en seres sobrenaturales. Hay otros tipos de creencia que, quizá, sean más fuertes y ayuden más en el camino que recorremos en el día a día.
Por ejemplo, se puede creer en la amistad. Es una creencia peligrosa, muy peligrosa. No todo el mundo tiene el mismo concepto de amistad. De ahí que haya diferencias entre las personas.

Hay personas que ven la amistad como algo superfluo, algo con lo que pueden jugar y pueden manejar a su antojo. Esta amistad, sinceramente, es la que más asco puede llegar a provocar. Manejar los sentimientos de los que te rodean para tu propio bien es algo que merece, cuanto menos, un profundo odio.

Sin embargo, la amistad no merece esto. Podría decirse que la amistad se basa en el respeto, en el cariño y en el apoyo. Quizás apoyar a otra persona en todas las decisiones que tome y en todo lo que haga, sea la mayor prueba para saber si esa amistad es de las de verdad, por las que merece la pena luchar y estar siempre dispuesto a ayudar a esa persona que se lo gana. Y no se lo gana con las palabras. Esa persona se gana tu amistad con los hechos, estando siempre a tu lado, ayudándote en todo momento y apoyándote para hacer que tu lucha no sea en vano, para empujarte a recorrer ese camino de la vida que quizás haga más curvas de las que debería.

El único problema de esta verdadera amistad es que es muy difícil de encontrar. Por eso dicen que "los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano". Yo ya tengo algunos de esos dedos ocupados por personas muy importantes. Y sobra decir quiénes son.

Es lo que tiene saber que siempre estarán ahí.

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