Es tarde, las dos de la mañana. Vas
a casa a descansar después de un día agotador, te pones el pijama y te acuestas
en la cama. La misma historia de todas las noches de entre semana desde que
empezó el verano, tus vacaciones. Ni te da tiempo a pensar en cómo ha sido tu
día porque te duermes al minuto.
Dicen que sueñas muchas cosas en
una noche y que al día siguiente solo te acuerdas de uno de esos sueños. A veces
despiertas cuando iba a pasar algo emocionante o decisivo, otras cuando acaba. A
veces despiertas cuando está empezando, otras cuando no le ves sentido.
Dicen que soñar es recordar lo
que te ha pasado desde que llegaste al mundo, volviendo a revivir momentos
agradables, y no tan agradables; pero también es vivir lo que no puedes hacer
en tu día a día. Soñar es vivir tu pensamiento, en el que llevas a cabo muchas
cosas que no puedes realizar en tu realidad, bien porque no puedes, bien porque
no te atreves a hacerlas, o bien porque ves imposible que salgas ganando con
esa acción.
“Los sueños, sueños son”. Eso es
así hasta que te armas de valor y los haces realidad. Todo lo que se sueña se debería
llevar a cabo, aunque se tiene que ser lo suficientemente inteligente para
saber cuáles de esos sueños son factibles y cuáles no.
Nada de lo que has soñado en tu
vida es realizable hasta que pasas ese sueño a la realidad. Si de verdad
quieres que ese sueño se cumpla, ve a por él, lucha por él, da todo lo que
tienes y lo que no tienes por cumplirlo. Si no te dejas la piel por hacerlo
realidad es porque realmente no quieres experimentar lo que ese sueño te daría.
Traduzcamos esos despertares,
relativamente. Estás viviendo una época muy buena en tu vida; estás viviendo
una época en la que ves por lo que estás pasando se va a acabar; estás viviendo
una época de comienzo, pero sin ningún futuro; estás viviendo una época sin que
tenga cosas buenas ni malas, simplemente estás. Para cada uno de estos tipos de
sueño hay siempre un mismo final, el despertar. Por muy bien o muy mal que te
vaya, o incluso si vives sin más, todo se acaba.
En cada momento de tu vida hay un
punto, una coma, un punto y coma, un punto final, un punto y siguiente párrafo.
Hay pausas, grandes, pequeñas, más grandes o no tanto, más pequeñas o
diminutas, pero pausas al fin y al cabo. Tienes pequeños respiros que te
impulsan hacia delante, o te llevan para atrás. Pausas forzadas, hacia atrás. Pausas
meditadas, hacia delante. Sea lo que sea lo que esos respiros te provoquen, hay que convivir con ellos.
Los sueños son puras metáforas. Tú
eliges su significado.
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