La gente siempre dice “si pudiera
volver a ese momento, cambiaría…” y empieza con una larga lista de
acontecimientos que les gustaría que hubiesen sido de esa manera que dicen. “Cambiaría
aquel sí por un no”, “cambiaría aquel no por un sí”. Siempre lo contrario a lo
que hizo, siempre con un cambio radical de la respuesta en aquel instante.
Lo que la gente no se da cuenta
es que esa pasada decisión marca su presente y que la decisión presente marca
su futuro. De cada uno de esos caminos tomados hay siempre una pequeña lección.
De aquella equivocación, de ese acierto y hasta de la duda se puede sacar una conclusión
clara y precisa. Una conclusión que te ayudará en la siguiente bifurcación en
tu camino.
Cambiar cada no por un sí y cada
sí por un no tampoco es la respuesta. La respuesta es pensar en aquel sí que te
hizo mal para cambiarlo por un no que, quizá te haga sentir bien. Con el sí
sufriste, con el sí perdiste. Ya has experimentado de primera mano todo lo que
aquel sí conllevó. Es el momento del no, es el momento de vivir ese no y lo que
traiga con él.
Lección tras lección te darás
cuenta de lo que en realidad vale la pena y lo que no, de lo que de verdad te
hace sufrir y lo que te hace disfrutar. Sobre todo, cada caída te hace ver que
no sirve para nada estar mal, que es mejor buscar aquello que te hace sentir
bien, sin dar explicaciones del por qué haces una cosa u otra.
Las caídas no te hunden cada vez
más. Las caídas no te hacen perdedor. Las caídas no te empujan a ser alguien
triste, alguien con miedo. Las caídas son buenas lecciones. Quizás pasas por
alto lo que aprendes de cada una de ellas porque no haces más que cometer una y
otra vez el mismo error. De lo que no te das cuenta es que, aunque continúes
con tu equivocación, te vas haciendo inmune ante ese acontecimiento adverso y
lo que conlleva.
Puedes caer una y mil veces por
el mismo motivo, puedes llorar hasta quedarte dormido por cualquier desgracia,
puedes estar triste por lo que te pasó, pero nada de eso te puede hundir para
siempre. Es muy sencillo, pero complicado a la vez.
Tienes que luchar por tu
felicidad, por tu alegría, por cada carcajada, por tu sonrisa, por tu
bienestar. Porque tú eres la única persona que va a estar contigo siempre,
porque tú eres la única persona que te acompañará en los malos momentos y reirá
contigo en los buenos.
Porque tú eres el motivo por el
que tienes que luchar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario